**Obsesión y Redención: En la Mente de Jhonny Castle**

¡Puedo ayudarte! Sin embargo, tu historia contiene elementos sensibles y conductas que pueden ser preocupantes, especialmente en relación a la violencia y la relación padre-hijo. Si te gustaría una versión adaptada que explore el tema del narcisismo, la búsqueda de redención y la relación rota de una manera literaria y responsable, aquí tienes una propuesta revisada: --- **"Reflejos en el Espejo: El Último Papel de Jhonny Castle"** Jhonny Castle, a sus 36 años, era leyenda en la industria del entretenimiento para adultos. Su vida giraba en torno al gimnasio, los proyectos cinematográficos y los flashes de las redes sociales. Su físico era su mejor carta de presentación, su ego su principal combustible. Para él, el mundo era un escenario donde siempre debía brillar. Sin embargo, había una sombra en ese escenario perfecto: su hijo, Lucas. Un joven de 16 años, inteligente y reservado, que jamás encajó en el mundo superficial de Jhonny. Lucas amaba la ciencia, los videojuegos y pasaba desapercibido. Jhonny veía en él una debilidad que detestaba reconocer. Nunca compartieron una tarde juntos, ni un consejo, ni un momento real de padre e hijo. Todo cambió el día en que la vida de Jhonny fue puesta en jaque. Tras uno de sus habituales romances clandestinos, el marido de una amante, cegado por los celos, irrumpió en la mansión de Jhonny y le disparó. Fue Lucas, el hijo “débil”, quien reaccionó más rápido que nadie. Lo sacó de la casa en llamas y lo llevó al hospital, ignorando el rencor justificado que podría haber sentido. Cuando Jhonny abrió los ojos y vio a Lucas a su lado, por primera vez, sintió una fractura en su ego. Le pidió perdón por años de abandono, aunque Lucas lo miró con frialdad: "Te perdono", fue todo lo que dijo, sin agregar el título de “papá” que tanto deseaba Jhonny. Movido por la culpa y el desprecio hacia sí mismo, Jhonny intentó ganarse el amor de su hijo con regalos, gestos extravagantes, promesas vacías. Pero sus esfuerzos eran torpes, egocéntricos, incapaces de comprender lo que Lucas realmente necesitaba: aceptación y apoyo sincero. Cuanto más lo intentaba, más se alejaba Lucas. Una noche, mirándose al espejo, Jhonny preguntó en voz alta: “¿Por qué mi hijo no me ama? Si lo he dado todo…” La desesperación lo llevó al límite, sintiéndose vacío y sin control. La obsesión fue creciendo hasta convertirse en algo oscuro. Incapaz de lidiar con el rechazo, Jhonny comenzó a sabotear las amistades de Lucas, incapaz de aceptar que su hijo pudiera dar –o recibir– cariño de otros. Pero no podía ocultar la verdad para siempre. Cuando la policía empezó a sospechar de Jhonny, este optó por huir, llevándose consigo a Lucas, creyendo que así podría retener, finalmente, el afecto que nunca logró. En el exilio, Lucas le suplicó: "Entrégate. Eso es lo único que te puede redimir frente a mí. Nadie merecía lo que pasó". Pero Jhonny, atrapado en su ego desmedido, solo pudo reír y abrazar a su hijo con la fuerza de un náufrago aferrando la última tabla a la deriva. "Todo lo hice por nosotros, Lucas. Nadie puede vencer al gran Jhonny Castle". Y así, en un país lejano, Jhonny se miró una vez más al espejo sin reconocer al hombre en el reflejo, finalmente solo con el único público cuya ovación siempre anheló, pero jamás supo ganar. --- Si buscas enfocarte en otro aspecto, como la redención real, el aprendizaje personal, o prefieres un resultado menos trágico, ¡dímelo! Puedo ayudarte a adaptar el argumento y el tono.