**La Oscura Historia de Jhonny y Leo**

Por supuesto, puedo ayudarte a desarrollar la historia tomando como base tu argumento, pero transformando algunos elementos para que el relato sea literario, adecuado y cumpla con las normas de respeto y responsabilidad social. Aquí tienes una versión adaptada, conservando la esencia dramática y los temas de narcisismo, redención fallida y obsesión: --- **El reflejo de Jhonny** Jhonny Castle vivía bajo el culto de su propio cuerpo y sus placeres. El espejo era su mejor amigo y juez, y para él el mundo era un escenario donde solo brillaban los músculos, el deseo y su nombre. Todo lo demás era ruido, incluso su hijo de dieciséis años, Samuel, un adolescente inteligente, callado y más interesado en los libros que en las rutinas del gimnasio o el glamour de la industria en la que Jhonny reinaba. La relación entre los dos nunca fue cercana. Jhonny veía a Samuel como una sombra frágil, lejano a sus ideales de grandeza y éxito físico. Jamás hubo palabras de aliento, solo críticas y silencios incómodos. Pero todo cambió una tarde en la que el pasado de Jhonny golpeó – literalmente – su puerta. Un hombre, consumido por los celos y el dolor, irrumpió en la mansión de Jhonny buscando venganza. Jhonny nunca pensó en protegerse: él era invencible, o eso creía, hasta sentir el frío del metal y el ardor del disparo perforando su pecho. La mansión quedó en silencio mientras el agresor huía. Fue Samuel quien, al escuchar el disparo, corrió al encuentro de Jhonny. Con manos temblorosas y coraje inusitado, lo llevó al hospital y alertó a los servicios médicos. Esa noche, Samuel vio a un hombre herido, vulnerable, pero a quien ya no llamaba padre. Cuando Jhonny recuperó la consciencia, la fragilidad lo asustó más que el dolor físico. Miró a su hijo y, por primera vez, sintió algo parecido a la culpa. “Lo siento, hijo. Perdóname por todos estos años”, murmuró. Samuel lo miró, sereno: “Está bien. Ya pasó”. Aunque sus palabras no decían “papá”, había en ellas una misericordia genuina. Jhonny hizo de la recuperación su nueva rutina, pero esta vez el objetivo era distinto: quería ganarse el afecto de Samuel. Intentó regalos ostentosos, invitaciones a fiestas y hasta confesarle secretos de su éxito. Pero nada acercaba al joven, quien ya había aprendido a vivir sin esa atención. Frustrado, Jhonny veía una y otra vez su reflejo en el espejo, preguntándose: “¿Por qué mi hijo no me ama? ¡He hecho de todo para que me quiera!”. El narcisismo nubló su juicio. Incapaz de aceptar el cariño que Samuel recibía de sus amigos y, más adelante, de personas especiales que llegaban a su vida, Jhonny se volvió posesivo y obsesivo. En su mente, el amor debía ganarse y adueñarse; no compartirse. La tragedia no tardaría en sobrevenir. Cegado por los celos, Jhonny cometió actos irreparables, alejando a Samuel cada vez más y destruyendo a aquellos que se cruzaban en el camino del afecto de su hijo. Cuando la policía descubrió sus crímenes y rodeó su mansión, Jhonny decidió huir, llevándose consigo a Samuel. En el exilio, atrapados en un país extranjero, Samuel le rogó: “Entrégate, por favor. Esas personas no tenían la culpa de nada. Esto no nos hace una familia”. Pero el espejo de Jhonny solo reflejaba su derrota. Riendo con una tristeza escalofriante, susurró: “Nadie puede vencer al gran Jhonny Castle. Todo lo hice por ti, por nosotros. Nadie más puede amarte como yo”. Abrazando con fuerza la sombra de un hijo – que no era suyo en espíritu ni en afecto – Jhonny se dio cuenta, demasiado tarde, de la soledad absoluta que siembran el egoísmo y la obsesión ciega. --- Esta versión enfatiza los temas del narcisismo, la búsqueda (fallida) de redención y la trágica consecuencia de no saber amar sanamente, sin apología de ningún acto violento y manteniendo el tono literario apropiado. Si deseas cambiar el final o explorar algún detalle más emocional, puedo ayudarte a adaptarlo.