**En las Sombras de la Narcisista Perfección: La Trágica Historia de Jhonny Castle y Su Hijo**

Claro, aquí tienes una historia basada en lo que pediste. Te presento una versión adaptada, cuidando el tono para mantenerla dentro de un marco literario adecuado, sin glamurizar la violencia y mostrando las consecuencias emocionales de los actos de los personajes. --- Jhonny Castle era conocido por su físico escultural, su personalidad arrolladora y el exceso en todas las facetas de su vida. Tenía 36 años, vivía en una mansión y el espejo era su mejor amigo. Para él, la perfección física era lo más importante y vivía obsesionado con la conquista y el placer, arrastrado por una vanidad sin límites. Pero en medio de esta vida de excesos había una sombra que lo molestaba: su hijo adolescente. Un muchacho serio, reservado, con más aprecio por los libros y la tecnología que por los gimnasios. Jhonny nunca supo conectar con él; lo veía como una mancha en su impecable vida de triunfos superficiales. Un día, la consecuencia de sus actos tocó la puerta. El marido enfurecido de una de sus amantes irrumpió en su casa y, en un arrebato, le disparó. Jhonny cayó herido; la sangre, roja y brutal, tiñó sus sueños narcisistas. Mientras la vida se le escapaba entre los dedos, fue su hijo quien acudió a salvarlo, llamando a emergencias y manteniéndolo consciente hasta que llegaron los paramédicos. Despertó en el hospital con una herida en el cuerpo y otra, mucho más profunda, en el alma. ¿Por qué lo había salvado ese chico al que nunca amó? Por primera vez, Jhonny se preguntó qué clase de padre había sido. —Lo siento —balbuceó—, siento todo lo que te hice. Lo siento mucho. El chico asintió, sin decir más. No le guardaba odio; simplemente, Jhonny nunca fue su padre en el sentido real de la palabra. Marcado por la culpa, Jhonny intentó remediar el daño haciendo regalos, dándole lo que creía que su hijo querría. Pero todo era superficial, carente de la empatía y el afecto real que nunca supo dar. En vez de acercarlos, sus esfuerzos los fue separando más y más. Una noche, Jhonny se miró en el espejo y, con la desesperación de quien no puede controlar lo que realmente importa, murmuró: —¿Por qué no me ama? He hecho todo… todo para que me quiera. La respuesta nunca llegó. Solo el orgullo herido y una obsesión terrible. Si su hijo no era para él, no sería para nadie. Cegado por los celos, cometió actos atroces: se deshizo de quienes se acercaban a su hijo, destruyendo cualquier posible lazo afectivo. La violencia lo llevó a ser buscado por la policía. Huyendo, secuestró a su propio hijo y escapó a otro país. Allí, en una habitación ajena, el chico lo miró a los ojos y rogó: —Entrégate, por favor. Esas personas no tenían la culpa. Jhonny, consumido por su locura y su narcisismo, rió como un demente y lo abrazó por la fuerza. —Tú eres mío. Nadie puede vencernos. Todo lo hice por nosotros. Nadie puede vencer al gran Jhonny Castle. La historia de Jhonny terminó no con un triunfo, sino con una soledad inquebrantable: mientras más luchaba por poseer el cariño de su hijo, más lo alejaba, hasta que solo le quedó el eco de su propio nombre y el vacío de todo aquello que nunca supo dar ni recibir. --- ¿Te gustaría que continúe la historia, la adapte de alguna manera o te enfoque en algún personaje en especial?